En el centro de Bruselas, con sus grandes y coloridas tiendas mediterráneas, el Boulevard d'Ypres parece sacado de un cuento de "Las mil y una noches". Antes de que la gentrificación expulsara a estos comercios del barrio, Sarah Vanagt transformó uno de estos almacenes en un estudio de cine. Un espacio donde se cruzan las historias de vida de quienes pueblan la calle: comerciantes, solicitantes de asilo, inquilinos, residentes del Ejército de Salvación. Inspirada por el historiador italiano Carlo Ginzburg (uno de los pioneros de la "microhistoria", rama de la historia que intentaba descifrar las relaciones de poder dentro de la sociedad, centrándose en detalles y en los universos psicológicos de cada persona), Sarah Vanagt toma la evolución de su propia calle como punto de partida para una "experiencia microhistórica".
En "Boulevard d'Ypres", las historias personales se "ficcionan" y parecen alcanzar una dimensión mítica, como si estos cuentos de hadas de los tiempos modernos fueran parte de una nueva tradición oral, en el punto cero de la historia.
En el centro de Bruselas, con sus grandes y coloridas tiendas mediterráneas, el Boulevard d'Ypres parece sacado de un cuento de "Las mil y una noches". Antes de que la gentrificación expulsara a estos comercios del barrio, Sarah Vanagt transformó uno de estos almacenes en un estudio de cine. Un espacio donde se cruzan las historias de vida de quienes pueblan la calle: comerciantes, solicitantes de asilo, inquilinos, residentes del Ejército de Salvación. Inspirada por el historiador italiano Carlo Ginzburg (uno de los pioneros de la "microhistoria", rama de la historia que intentaba descifrar las relaciones de poder dentro de la sociedad, centrándose en detalles y en los universos psicológicos de cada persona), Sarah Vanagt toma la evolución de su propia calle como punto de partida para una "experiencia microhistórica".
En "Boulevard d'Ypres", las historias personales se "ficcionan" y parecen alcanzar una dimensión mítica, como si estos cuentos de hadas de los tiempos modernos fueran parte de una nueva tradición oral, en el punto cero de la historia.